Medicina natural
El último enemigo es abatido, nuestros aventureros se han alzado con la
victoria, pero a un precio muy alto. Uno de sus compañeros ha caído muerto y
otros dos están heridos. El sanador sin perder ni un momento empieza a evaluar
a los dos heridos, uno tiene un corte muy profundo en un costado que sangra
mucho y el otro un gran moratón en el antebrazo, posiblemente algún hueso roto.
Le da prioridad a parar el desangramiento y se pone manos a la obra.
Lo primero es limpiar la herida, echa agua para que las partículas sueltas
se vayan y vé que se han introducido en la herida trozos de ropa, partes
metálicas del arma y la armadura, que hay que despegar. Saca de uno de sus
sacos una pasta granulosa que frota dentro de la herida, su compañero hace una
mueca de dolor, una vez despegados los trozos vuelve a echar más agua para que
se limpie del todo. Es el momento de parar la hemorragia, saca aguja e hilo y
sutura, pero los puntos no son suficientes como para parar el desangramiento,
necesita algo más, saca de otro saquito un puñado de hojas, las echa en un
mortero y las machaca hasta que queda una pasta marrón, que aplica sobre la
herida y la termina de taponar. Por último venda la herida.
El turno del otro herido, sus sospechas eran ciertas y tiene el antebrazo
partido, procede a inmovilizarlo. De un odre vierte un líquido rojizo en un
cuenco y se lo da de bereber.
—Te quitara el dolor durante unas horas.
De otro saquito saca una raíz de unos 5 cm y se la da.
—Con esto sanara más rápido, tendrás que
comerte una todos los días hasta que se haya curado.
En un sistema en el que los personajes tienen pocos puntos de vida la medicina cobra mucha importancia. Los sanadores son fundamentales para mantener con vida a los personajes.
Pero los remedios naturales de curación son un arma de doble filo, ya que pueden surgir efectos secundarios, incluso que el paciente acabe enganchado a la droga, por eso es conveniente usarlos de manera responsable.
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