Tamaño de las armas
Nuestro ladrón, arropado por la oscuridad de la noche, llega hasta el cuartel de la guardia. Después de una vuelta de reconocimiento, descubre que la única forma de entrar es por la puerta principal, pero hay dos guardias haciendo rondas periódicamente. Sabe que un ataque de frente es un suicidio, tiene inferioridad numérica y los guardias van armados con lanzas, sus dagas le obligan a tener que acercarse mucho para poder actuar y los enemigos le podrán atacar de lejos con sus armas. La otra opción es intentar colarse a hurtadillas, no lo ve bien, ya que despistar a dos guardias es bástate difícil. Decide que la mejor forma de proceder es acercarse por la espalda de uno de los guardias mientras está de ronda y apuñalarle. En el caso de no lograr matarlo de un golpe, estará en ventaja sobre su enemigo, ya que a distancia de arma pequeña, las grandes como la lanza no pueden actuar. Uno de los guardias empieza a hacer la ronda, y nuestro ladrón comienza a seguirle. Cuando se encue